EL DIA MENOS PENSADO
Cuando Ana me llamo, parecía preocupada. No le di mucha
importancia por teléfono por dos razones, la primera, que ella es de las
que se ahogan en un vaso de agua, y la segunda, había moros en la
costa en las dos casas, por lo cual ella solo podía hablar en clave, y yo
debía hablar con mis propias claves, lo que tornaba la conversación en
un galimatías espantoso.
Quedamos en vernos ese mismo día a las cinco de la tarde.
A la hora indicada, me paso a buscar, y nos fuimos a uno de esos
boliches del Parque Rodó, donde se puede hablar tranquila, y nos
sentamos afuera, por lo del “millón de gracias por no fumar”.
Ana no tenía una cara muy alegre, pero como todas las gorditas, tenía
un cutis precioso y además su humor –salvo ese día- era exquisito.
Nunca le oí decir una mala palabra, un insulto, o cualquier otra
grosería, de las que estamos acostumbrados a oír.
Lo máximo que dijo jamás, fue “allez caguer a les malvons”, por lo
Cual cuando se sentó, y dijo “larecontraputisimamadrequelocienmilpario”, todo junto, con
gran énfasis, y sin silabear, casi me desplomo.
¡La puta! – dije, debe de ser bravo para que vos utilices este
vocabulario.
Si, nena, hoy estoy como loca. Ayer estuve como loca, y hasta que esto
no se solucione de una buena vez voy a seguir loca, nerviosa, e
intratable.
Bueno- dije- conta de una vez que me tenes en ascuas.
-Resulta –empezó a contar-, que se pudrió todo con Fernando. A decir
verdad, hace años que esta todo podrido, pero vos sabes como son esas
cosas, “nunca falta un roto para un descosido”, así que estaba todo
roto, pero cada cual en lo suyo, lo íbamos llevando como podíamos.
Pero como el diablo nunca tapa la olla, la semana pasada le dije que
me iba con Graciela a la estancia. Claro que no iba un cuerno a la
estancia, sino que me fui con Gonzalo a Florianópolis. La coartada era
perfecta, porque Fernando odia el campo, el teléfono funciona cuando
quiere, y Graciela estaba avisada, por si las moscas.
En esto llego la moza, y me dio un respiro para poder entender todo el
meollo. Pedimos unos cortados, y esperamos hasta que volvió con ellos.
-En Florianópolis pasamos de película con Gonzalo, el tiempo estaba
soñado, así que hicimos playa, y todo lo demás que fuimos a hacer.
Se ríe, y dice – Mira si lo habré pasado bien, que no fui de compras, ni
una sola vez, te lo juro.
-¿Y entonces que paso?, le pregunto.
Ana suspira, me mira a los ojos, y dice en vos baja:
-El ultimo día, cuando nos estábamos volviendo, y meta reírnos en el
lobby del hotel, por una portuguesada que se mando Gonzalo con el
gerente, siento una mirada.
–¿Viste cuando notas que te están mirando??. Bueno, yo sentí esa
mirada, y me di vuelta, y a quien me encuentro……….
-¡Dale conta que me estoy haciendo la película!
Ana me mira, y me dice, -no se si reírme o llorar. Ahora contarlo es
fácil, pero en el momento, no sabes, quede como estatua de cera. Ahí
mismo, parado detrás mío, estaba Juan Carlos, el hermano de
Fernando con la mujer y los hijos.
-No sabes que papelón. Papelón no, PAPELONAZO con mayúsculas.
Demás esta decir que ni me saludo, el muy estupido. Y además no lo
dieron las piernas para llamar a Fernando y contarle todo. Que
piernas, ni que ocho cuernos, lo llamo del hotel el gran jodido. Mala
persona.
Me entere de esto por Gabriela, la mujer de Juan Carlos, que me llamo
al celular, y me dijo – Ana, el tarado de mi marido llamo al hermano
para pasarle el chivo. Que te sea leve. No puedo hablar más- y me
corto.
-Así que te imaginaras que la vuelta no fue de maravillas. Gonzalo
estaba preocupado, pero en realidad, el problema era mío, no suyo, así
que empecé a hacerme películas, de lo que le habría dicho Juan Carlos,
como estaría Fernando, etc., etc..
-Nosotros teníamos un pacto de “Vive la vida loca”, pero este
encuentro en público fue nefasto.
Justo a este tarado de Juan Carlos, que nunca salio más allá de la
playa Pocitos, por si le robaban el auto o la casa, se le ocurre ir al
mismo lugar que yo.
-Y además seguro, que Fernando le contó a tu marido, así que si te
pregunta algo hace como los tres monitos – ciegos, sordos, y mudos.
-Difícil para Sagitario, le digo. Cuando llamaste, y quedamos en
vernos, tenia parada la oreja, y me pregunto quien era. Como yo
argentina en el asunto, le dije que iba a tomar algo contigo. Me miro
con una cara rara, y movió la cabeza, pero como yo ya no le doy mas
bola a las caras raras ni a los movimientos de cabeza –si quiere hablar
que hable, y si no que calle y no joda, pensé que era porque le había
cambiado el canal, porque ya me tenia repodrida de ver football.
A veces, me gustaría que se callara para siempre, como dicen en las
iglesias, “el que sepa un impedimento que lo diga o que calle para
siempre”, pero.... en fin en todas las casas se cuecen habas.
Fernando ya debe haberle contado con, pero a mi ni mus.
-Sabe que somos muy amigas, así que no te dijo nada. Pero el tema
mayor no es ese. Cuando llegue Fernando estaba sentado en el living.
Los muchachos no estaban.
Me miro y me dijo –Esto ya ha ido demasiado lejos. Ya no podemos
seguir juntos, ni vivir en la misma casa, por lo cual he decidido que
seas vos la te vayas. No quiero ni pensar en que Juan Carlos le haya
contado a toda la familia.
-Eso es lo único que te importa, le dije, el que dirán. Que dirá la
estúpida de tu vieja y los estúpidos de tus hermanos. No me pienso ir a
ningún lado. Además, no creo que vos hayas hecho vida de monje en
esta semana, ni en la anterior, ni hace dos años. Así que como están las
cosas, yo no me voy nada!.
-Después de ese día, no volvimos a dirigirnos la palabra. Antes nos
hablábamos poco pero en forma cordial, después del lío, el dialogo se
corto como con Argentina y las papeleras.
-Pero el muy ruin me jugo una mala pasada. O dos. Hablo con los
muchachos, que son tan hijos de el como míos, y les lleno la cabeza de
basura, de rencor. Ahora son ellos los que no quieren hablar conmigo.
-Y ayer cuando llegue tenia un cedulon. Parece que hablo con alguno
de estos abogados caros y tramposos, y me pide el divorcio por notoria
mala conducta, con posibilidad de perder todos los gananciales, la tenencia de los hijos, y todavía tener que pasarle una pensión alimenticia.
-Te lo podes creer??????
A esta altura del partido yo ya había entendido toda la situación. Y no era fácil.
-Marta – me dijo, necesito tu ayuda. Necesito conseguir una muy buena abogada, y que me salgas de testigo.
-Testigo de que – le pregunté ?.
-Bueno, no se de que, pero ya la abogada me dirá.
-Que te va a decir la abogada, las mentiras que me tengo que aprender de memoria??
- Vos sabes que podes contar conmigo para casi todo, pero no me hagas decir mentiras.
- Habla con tus hijos, no de a uno, sino con los tres juntos. Tus hijos no son tontos y deben saber que Uds. dos, los dos, habían dejado de ser un matrimonio hace mucho tiempo. Que los dos tenían otras vidas. O no es así?.
- Estoy dando por sentado que todo lo que me contaste es cierto, por lo cual la única diferencia fue que te vieron en público, que si bien es importante, no altera demasiado la situación anterior. Si todo esto es así, creo que los chicos te van a apoyar, y pueden hablar con el padre para que todo el tema de la separación sea lo más llevadero y justo posible. Por otro lado nunca me comentaste, que tu relación con Fernando estaba terminada hacia tiempo. Por lo mismo, de que te voy a salir de testigo?.
- De hecho, nunca me comentaste nada personal. Yo era la amiga a la que le pedías prestada ropa, dinero, joyas cuando querías aparentar en los casamientos. Nunca compartimos nada. Solo una amistad social.
Así y todo, podes seguir contando conmigo, pero no voy a enchastrar a tu marido solo porque te amenace con sacarte los gananciales.
Ella me mira. Tiene la mirada cansada.
Tiene la mirada cansada, y los ojos tristísimos, cuando me dice:
-Siempre supe que eras vos la que se acostaba con mi marido. Pero así y todo nunca lo quise admitir en mi cabeza, porque de verdad te apreciaba, y Fernando había dejado de importarme hacia mucho tiempo. Dejo de importarme el mismo día que supe que estaba saliendo contigo. Ese mismo día. Y aun así, no te culpe a vos.
Sonríe tristemente, dice –Gracias por tu tiempo-, se levanta y se aleja por Gonzalo Ramírez hacia el mar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario